En el mediodía argentino del sábado 1° de febrero de 2014, el correntino Ramón de la Cruz Sena fue derrotado por decisión unánime por el campeón mundial juvenil welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), el invicto ruso Konstantin Ponomarev. El match se disputó en el Traktor Sport Palace de la ciudad soviética de Chelyabinsk, a la distancia de diez asaltos de 3×1 y sin título en juego.
Sin duda, la presentación de ex monarca Latino interino de las 147 libras del CMB (16-10-2; 9ko) era el foco de atención de este fin de semana para el mundo pugilístico vernáculo, con ciertos aires de esperanza para un batacazo de Sena, dueño de un interesante presente luego de victoria contraída en diciembre pasado ante el catamarqueño “La Joya” Miguel Barrionuevo.
Lamentablemente, esa actualidad no pudo ser ratificada en el cuadrilátero del país báltico, ya que el local (23-0; 11ko) fue dueño y amo de las acciones, dominando de punta a punta al mesopotámico oriundo de la ciudad de Mercedes.
Los tres primeros segmentos de la contienda se tramitaron con un Ponomarev controlando el centro del ring y con una llamativa potencia en su recto de derecha, que mantuvo a la defensiva a un Sena más preocupado por no bajar su guardia que por contragolpear el embate.
En la cuarta y quinta vuelta, el panorama del pleito no cambió. El anfitrión castigaba al plexo con su intensa derecha en punta, condimentada con ganchos a la zona blanda que demolían lentamente a la visita. Tal castigo tuvo efecto en el quinto, donde Ponomarev encontró el golpe de gracia al hígado de Sena, para enviarlo por primera y única vez a la lona y llegando a la cuenta de ocho por el referee Viktor Panin.
Con un horizonte desfavorable para pupilo conducido tácticamente por Martín Andino, la segunda mitad del choque -que se mantuvo con un clima de 30 grados bajo cero en las afueras del recinto- fue un calco de la primera, con el joven nativo de Miass lateralizando sus movimientos, bajando la guardia y conectando al rostro de Sena con su recto de izquierda desde larga distancia.
Sin respuesta de su oponente, el soberano juvenil de los 66.678 kilos del Consejo se dedicó en los últimos rounds a trabajar desde afuera y trabar en la corta ante la escasa acometida se Sena. Cauteloso de recibir una mano milagrosa del rival, y con las tarjetas plenamente a su favor, Ponomarev no arriesgó a buscar el nocaút y esperó de manera inteligente el sonido final de la campana.
Las tarjetas marcaron un amplio triunfo del perspicaz prospecto ruso. Los colegiados Maxim Rozhkov y Rozalin Nasibulin coincidieron con un 100-89, mientras que Roman Filimonov vio un 100-90.
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