“Ahí se produce el mayor quiebre emocional. En el '82 naturalizábamos la muerte… pero ahora duele ver una placa con el nombre de tu compañero”, relata conmovido.
Cada excombatiente revive sus días de guerra al recorrer las posiciones donde combatieron. “Es como si el chico de 19 años que quedó allá, se metiera otra vez en el cuerpo de 60 y saliera corriendo a buscar su lugar. Es impresionante ver la emoción cuando lo encuentran. Aunque no quede nada, ese pedazo de tierra representa todo para ellos.”
Flores destaca el rol clave del Gobierno de Corrientes, que no solo apoya económicamente los viajes —siendo la única provincia del país que lo hace— sino que también fortalece la causa con políticas concretas.
“Ya se construyeron 29 centros de excombatientes, y se inició el número 30 en Mantilla. Nos sentimos acompañados y reconocidos.”
Además, cuenta que gracias a un chequeo médico reciente en el Instituto Cardiológico, muchos veteranos accedieron a controles que revelaron afecciones importantes, incluso casos de cáncer que hoy están siendo tratados.
“Todo eso es posible gracias al acompañamiento del Estado. Y los viajes a Malvinas, te lo aseguro, cambian a los combatientes. Vuelven distintos. Las esposas lo dicen: están más tranquilos, más humanos. Se sacan esa mochila del '82.”
Con orgullo, Flores destaca que ya son casi 100 combatientes los que regresaron a Malvinas gracias a esta iniciativa, y que provincias como Chaco y Buenos Aires ya se están sumando a la propuesta.
A las 14:00 horas parte el vuelo, con el acompañamiento del ministro de Seguridad que despedirá al grupo en el aeropuerto capitalino. Es más que una partida: es una travesía que honra la memoria, dignifica el presente y transforma el futuro de nuestros héroes.