La vecina, que padece problemas cardíacos, está muy angustiada por la falta de acción de los padres de estos niños, quienes en lugar de corregir la conducta de sus hijos, reaccionan de manera hostil cuando se les llama la atención. "El señor se cree dueño del barrio y si le decís algo, te dice que si no te gusta, te vayas a vivir a otro lado", comentó.
El problema se agrava con la falta de respuesta de las autoridades. La vecina mencionó que, a pesar de las reiteradas quejas, la policía no interviene adecuadamente debido a la amistad de uno de los oficiales con un mecánico del barrio.
Además, la situación empeora durante la noche. "Tienen perros que ladran y lloran a medianoche, y los chicos juegan a la pelota cuando la gente necesita descansar para trabajar al día siguiente", añadió.Patricia Ramírez está gestionando la obtención de fotografías para documentar mejor la situación y hacer un llamado urgente a las autoridades locales para que tomen cartas en el asunto y restablezcan la tranquilidad en el barrio.
La comunidad espera una pronta solución y que se tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad y el respeto mutuo entre los vecinos.